jueves, 29 de septiembre de 2016

Noriko y Tomoko en el ryokan, parte II

Nos habíamos quedado en la habitación flipando con la silla a sin patas, el sofá horrible y... Donde están las camas? Las camas son dos colchones con su edredón también terribles y las almohadas que estaban escondidos en un armario encima del mueble bar.
Bueno, pues a las yukatas floreadas hay que añadir otros uniformes del ryokan: las yukatas para pasear por el hotel y a la hora de ir a dormir encontramos otro par de mini yukatas que Noriko se empeñó en que eran las de dormir y que yo me quite a media noche, porque ir con una mini camisa verde oscura que apenas tapa el culo, cuya sisa llega a la cadera y que de nada sirve abrocharla con un lazada delante porque está grande.. Yo sigo pensando que era el traje de la esteticien con final feliz del servicio de habitaciones.
Demasiado disfraz ya para mí, pero una gran reflexión de la sabia diva Noriko que todos deberías tener en cuenta: Podéis viajar por Japón con lo puesto si vais de ryokanes.
Pues después del momentazo yukatas, vamos a la cena pantagruélica de 12 platos. Somos las últimas en llegar. En el comedor somos cuatro parejas, contándonos a nosotras. Las otras tres parecen novios/matrimonios. Nosotras somos más del tipo maridas.
Nuestro camarero resulta ser francés y un poco imbecil, porque no nos explica nada y nos trae la comida a cascoporro. Una de las cosas pensábamos que era de adorno y era una salsa para las verduras sobre hielo picado, no sabíamos cuando teníamos que tomar el chupito de zumo de uva, si las algas eran comestibles, etc.. Vamos, cateto a babor, pero en versión japonesa. Un momento que voy a ponerlo a parir en Tripdvisor y vuelvo. No he podido, pero lo haré.
Y de la cena a los baños termales. Hemos bajado cual princesas o en este caso emperatrices de barrio con nuestras yukatas de calle y un bolso japo con las toallas al Onsen, donde te quedas en porretas en el vestuario para pasar a unos bancos de madera con una ducha y espejo delante a lavarte bien con ayuda de una toalla pequeña. De ahí a las mini piscinas a 50 grados y a relajarse. Como si fuera fácil después de todo el show vivido.
Él Onsen tiene de todo, hasta una cuna para que abandones a tu bebé mientras te das un baño. Dicen que puedes ir con niños y me sorprende la ligereza con la que en Japón escaldan a sus criaturas. Yo no aguanté más de 10 minutos.
Como no podía ser de otra manera, nos echamos de todo lo disponible y nos pusimos las yukatas de estar por casa y al lobby a tomar una ordinariez de infusiones indicadas para la felicidad, el relax y la menopausia. A modo de medicina preventiva, porque por fortuna de momento estamos bien servidas.
Y para rematar la jugada al subir a la habitación y aprovechando nuestra ausencia habían ¿hecho? ¿Puesto? Las camas al entrar en el salón, una vez retiradas la mesa y dos sillas sin patas. Una trampa mortal porque ya no se puede andar por allí, solo "atraversarlo", cosa que yo hago sin pudor.
A todo esto hemos hecho 4 cambios de zapatillas: las nuestras quedan confiscadas al llegar, te dan unas de rafia para andar por el hotel, unas chanclas de madera y goma para salir a la calle y unas de madera 100% para ir al baño!!! Maniáticos del calzado son un poco, no?
Pues no contentas con haber cerrado el hotel anoche, nos hemos bajado en yukata-casera a desayunar (no confundir con la mini bata de porno esteticien) pensando que era lo normal. Y no, no lo era..
El desayuno ha sudo pantagruélico: dos sopas, carne, pescado, alubias.. ¿Estamos locos o qué? ¿Sopa de cocido sin panceta ni chorizo? ¿Sopa de pescado para desayunar?
Y de ahí a Shirikawa, un pueblo de las montañas donde se supone que nieva... Pero por el amor de Dios, si podríamos pasear en octubre en chanclas! Yo creo que es otro mito urbano japonés.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Pelma y Antonia: un ryokan cambió nuestra vida. Llamadnos desde hoy Tomoko y Noriko

Takayama, 29 de septiembre de 2016.
Dos muchachitas, ejem.. Dos señoras viajan de Kyoto a Takayama y se alojan en el bonito ryokan urbano que ha sido clave para su cambio de identidad. Ahora Pelma se hace llamar Tomoko y Antonia es Noriko.
Han sido absorbidas por el espíritu nipón. Pero vayamos por partes.
Después de vagabundear por Takayama, estas dos sujetas han llegado a lo que será su alojamiento durante esta templada noche de septiembre y han sido recibidas muy amablemente por lo que denominaremos "la madame" que ha enviado a uno de sus chavales a sentarnos a tomar el té y unos ricos dulces de alubias y castañas. Suena raro, pero aquí hacen dulces con las alubias tipo Tolosa. Y no están malos, doy fe.
Después ha llegado otro lacayo disfrazado de samurai pobre a contarnos, postrado a nuestros pies las normas y horarios del ryokan. Noriko estaba inquieta ¿por el servilismo del semisamurai? No,ella está acostumbrada a eso porque es una diva. De segunda regional, pero una Dí-va. Bueno, es Porque tenía que ir al baño. Y para dilatar más el momento, nos ha llevado a elegir una yukata, con su fajín y su lazo para hacer el moña por el hotel, e incluso si tienes poca vergüenza, por el pueblo. Nos los ha puesto en un pañuelo, ha hecho un atillo y nos ha acompañado a la habitación, donde seguía dando y repitiendo explicaciones para desesperación de Noriko. Después de muchas reverencias se ha marchado. Noriko se ha lanzado al baño y yo a la búsqueda de tomas de luz para recargar de todo.
Voy a dar un breve resumen de la habitación: minibaño, tatamis con una separación de mesaza baja con dos sillas sin patas, súper tele y una cosa de ratán que venden en Ikea a medio camino entre balancín, silla y armatoste. Con una pared móvil de madera y papel separa un espacio enano con el minisofá más feo que he visto en mi vida, el mueble bar y un armario donde guardan los edredones, etc..
Como nos olíamos que íbamos a ser incapaces de ponernos las yukatas, hemos llamado al 9. Ojo, que en la época del 4G, el teléfono de la habitación es un vintage de rosca años 70 color verde-imposible.
Ojo, hay testimonio gráfico de todo esto, pero no sé si mi conciencia me permite publicarlo, ya que este país nos está dando mucho, no le queremos defraudar y sobre todo, nos gustaría volver.
La madame vino a ponernos la yukata y la recibimos a nuestra manera: en bragas.
Nos grabamos y aún así no sé si seremos capaces de volver a ponernos la batita esa.
Continuará..

lunes, 1 de febrero de 2016

El ataque de los clones de Prince Pelayo

Toda sorpresa comienza de forma inocente e inesperada, y la del viernes pasado comenzó con un inocente comentario en Instagram a "Esta noche vuelve DJ Medri" 
He de aclarar que Dj Medri es DirCom en una importante, comprometida y muy mediática empresa, pero que en su tiempo de ocio tira de transparencias y rejilla y lo da todo en Cuenca (C/Martín de los Heros, Madrid. No confundir con la ciudad o la provincia de la ciudad encantada) en una sesión creada por el ya mítico a sus 26 años NiñoFixo.
Lo que empieza con "a qué no vamos a ver a Dj Medri", acaba en una cola VIP de millennials preparando los teléfonos para plasmar ese momento en el que no nos discriminan y sí nos piden en DNI como al resto de la gente. Pues no nos pidieron el DNI y esto os puede llegar a dar una idea de lo poco que debíamos llamar la atención mis dos compinches y yo.
Supongo que barajaban varias teorías: Son contratados por el APA del "Insti" que vienen ver qué se cuece, o son inspectores de la comunidad de Madrid que con lo del Madrid Arena están investigando los bares donde se concentran los Millennials. También se barajaba la hipótesis de son maderos: el inspector  era ese señor con camisa y jersey de pico verde, el otro era un madero de campo, más en forma y un poco grunge. Y yo, que estaba allí por pura cuota.
El lugar es completamente seventies, lo cual me fascina: mucho latón y lámparas de techo con lagrimones enormes y pesados capaces de asesinar a 50 personas si falla el sistema de anclaje al techo.
Y para nuestra sorpresa esta generación es más sana de lo que podíamos imaginar: no beben, no fuman y no se drogan. En los baños lo más fuerte que hacen es vomitar y suponemos que por bulimia porque no bebía nadie. Eso sí, los amigos siguen siendo muy solidarios y al que "le ha sentado mal la cena" le acompañan fuera del local todos abrazados y dándole besos al estilo -cura sana, culito de rana-. Esto es lo más impactante que he visto yo desde lo de Lola Flores pidiendo una peseta a cada español para pagar sus pufos a Hacienda.
El dress code es bastante heterogéneo: desde la choni de manual, miles de Prince Pelayos con semibarba y flequillo a la laca Nelly, al pibón lesbiano que va en chandal y que parece que efectivamente viene directamente del gym (vamos, con pinta de sucia) y además no se corta en darse el palo en la pista con otra chica. Y a nadie le importa, nadie mira. Y me cuesta entenderlo porque: se están casi metiendo mano, son guapísimas y lo más alucinante ¿Cómo han dejado entrar a alguien que va en chándal y con pinta de no haberse duchado desde antesdeayer? Una respuesta probable a este asunto es que la tasa de gaysmo a mí me pareció muy alta, pero es un gaysmo distinto al chuekil. Mucho más sano y desenfadado, más asumido y menos a sako.
Tengo que aclarar que Cuenca tiene, al igual que La Divina Comedia, varios niveles. Y no está necesariamente el infierno abajo. Bueno, donde vimos más vicio y recuperamos la fe en el ser humano sí que fue en el subsuelo.
Nivel 1. Pachanga y olor a trigre. Desde Raphael, Katy Perry a Chayanne. Lo más sangrante fue ver a UNO con una camiseta de Los Ramones bailando "hay que ser torero". Si el Dios del Punk existiese hubiera enviado un rayo a fulminarle. Por mucho menos chamuscaron una mano a Michael Jackson.
Nivel 2. El cuarto de estar donde "las modernas" bailan al ritmo que marca la Wii proyectada en el muro. Y es aquí donde empieza el juego de la extorsión y el chantaje. Yo he visto a "alguien" bailar la coreografía de La Sirenita. Sí, no estoy delirando: BAJO DEL MAR, de la Sirenita, The Little Mermeid cantada y bailada por casi la totalidad de la sala. Y uno de mis acompañantes.
Sólo quiero apuntar dos cosas: Mi silencio tiene un módico precio y maldita sea mi estampa por no haberlo grabado.
NIVEL 3. House a cascoporro, gente fumando a escondidas y personal con menos pelo que en los niveles anteriores. Vamos, que pasábamos un poco más desapercibidos. Eso sí, las megabarras vacías y los baños, que siguen siendo malolientes, son lugares de tertulias mixtas, por lo que miras tres veces antes de entrar por si te has equivocado.
Y aquí viene la gran pregunta de la noche: Jaegermeister, si este no es tu público objetivo y esta partida la tienes perdida. ¿Cuánto te cuesta tener el dispensador de tu veneno? 

lunes, 23 de noviembre de 2015

I Cata Internacional de patatas fritas - Resultados, premios y sanciones.

El pasado viernes 13, festividad de la mala suerte y de ahora en adelante de las catas extrañas, un grupo de foodies de pacotilla degustábamos doce tipos diferentes patatas fritas mediante el sofisticado método de la cata ciega.
Nada de antifaces porque esto es una cata seria (o quería serlo) y no el carnaval de Bostronizo. En este caso nos limitamos a probar patatas y a seguir las instrucciones ya anticipadas en la convocatoria: prohibido entrar en la cocina, prohibido consultar el cuaderno donde se apuntan las marcas y el orden a degustar, y prohibido probarse mi ropa interior. Aunque sospecho de alguien que se saltó la prohibición. No tomaré represalias... de momento.
Lo de cata internacional no es de coña, porque hubo patatas traídas de USA y UK, que la verdad, se lo podían haber ahorrado porque salvo a las catadoras guiris estábamos casi todos horrorizados por los sabores a vinagre, jalapeño y demás marranadas que se les ocurre a esta gente anglosajona poner a las patatas fritas.
Estos son los resultados de la famosa cata. (ATENCION DATOS PROVISIONALES)
Patata frita ganadora: Número 6, LAYS GOURMET. Además de obtener la mayor puntuación global, gana en las categorías de sabor, punto de sal y crujiente. Tan sólo pierde ante la nº 5 en aspecto visual.
Es decir, la que mejor aspecto tiene son las patatas nº5 SANTA ANA.
Tras la patatas frita ganadora, obtiene el segundo lugar la nº 3 VICENTE VIDAL con SAL DE FORMENTERA (o chuminada similar), la nº 7 LAYS DE PIMIENTA (USA), la nº 2 EL CISNE, la nº 1 AÑAVIEJA y la nº5 SANTA ANA
Las peores, las nº 9 HERMANOS HERRANZ, por debajo incluso de las últimas extrañas patatas de Jalapeños, que no se hundieron gracias al voto guiri. No estoy nada de acuerdo con esto, a mí me gustaron mucho.
DATOS DEFINITIVOS
Debo primero hacer incapié en que hay una serie de índices correctores para la cata. Es decir, se valora el precio de la bolsa de patatas, la predisposición del público catador, el índice corrector colonial de la procedencia patatil, etc..
Por ese motivo, las LAYS GOURMET (de Barcelona) pierden la hegemonía a favor de VICENTE VIDAL CON "CHUMISAL" DE FORMENTERA. Las LAYS DE PIMIENTA, que subieron gracias al voto guiri, pasan a quinto lugar.
Quedan por tanto las terceras, empatadas en puntuación, tras pasar mi filtro corrector: AÑAVIEJA y EL CISNE
Os preguntaréis cómo es el uso de los índices correctores usados, pero es un complejo algoritmo inventado por mí, que yo sólo conozco y con múltiples variables, siendo la mas importante las variable la EMCSJA (En Mi Casa Se Juega Así)
Y ahora vamos con los catadores.
Premio al más rancio, por haber dado el número menor de puntos, para J. Lo (Nuestro Jennifer de Lucena) , que se volvió loco a poner ceros. Puntos totales repartidos: 184
Premio al más generoso, para J. Mirror que repartió 331 puntos.
El más sucio, otra vez para J.Lo por dejar el mantel hecho unos zorros.
El más trasnochador, que hubo que echarlo porque parecía que no tenía donde dormir esa noche, también para J.Lo.
Y el premio final es para Cris V. que fue quien trajo las patatas que han quedado en primer y segundo lugar. El premio consiste en una excursión a portes debidos al P.I. Cobo Calleja con presupuesto de 20 € para gastar en dorados.
Sabemos que el premio ha desatado mucha polémica,  porque hay incluso invitados que han intentado sobornarme para obtener dicho premio pagando cantidades muy superiores al propio premio: 22€, para ser más concretos. Como pueden comprobar, además de corruptos son un poco ratas.
Más aún cuando además con el premio lleva aparejado una merienda en un camping de camioneros guiris de Getafe. Entonces ahí es cuando se desató el "efecto Muriel" y a muchos más les parece mejor el extra de la merienda que el propio premio. Estoy pensando en poner kundas y patentar el tour.
Lo sé, es un planazo.

lunes, 31 de agosto de 2015

Las VegasIII: Las bingueras 2.0. Pelma Pajares y Antonia Esteso se debancan a sí mismas

Tras la travesía por el desierto (la segunda del día) en busca del cartel de la "Welcome to Las Vegas" y rechazar a que el amable taxista nos llevara a la civilización, nuestras heroínas de la batamanta en medio de un ataque de inconsciencia decidieron volver andando para ver las capillas y las zonas chungas de las Vegas desde la acera derecha del Strip. ¿Había necesidad? No, pero lo hicieron.
Y en esta peregrinación para volver al centro del juego y el pecado entraron en la licorería más chunga de la ciudad a avituallarse. Está indicada en nuestra guía de la cara B de Las Vegas como un lugar de referencia a no perderse. A esas horas encontraron cerradas la capilla, la echadora de cartas, el chamán y la pedicura. Ojo, eran las 11 de la noche de una ciudad que se supone que no duerme. Pues a esas horas, ni casarte, ni que te lean la palma de la mano, ni un mal conjuro. Otra cosa es si quieres jugar y beber sin conocimiento ni límite. Entonces son todo facilidades. Mola, no?
Y tampoco fue fácil encontrar un sitio para cenar, pero dieron con el chino-noodles donde la china camarera apenas hablaba inglés. Pedí la password de la wifi y nos trae un cartón escrito en chino, la comanda y la cuenta también en chino. ¿Estamos en Las Vegas o en un cantón de Manchuria?
Proseguimos hacia el hotel y ya eran las 12 de la noche, después haber dormido poco, haber andado unos 20 km bajo un calor infernal y la sensación de que está muy bien ver la cara B de las Vegas, pero ya que ya estaba bien de hacer el capullo, nos pusimos en modo Scarlett y a Dios pusimos por testigo de que no nos íbamos de las Vegas sin jugar. Y eso que teníamos unas ganas de jugar.. casi tanto como de volver andando a buscar el cartel del Welcome to the Fabulous Las Vegas.
Llegamos al casino de nuestro hotel y ahí empieza la aventura de las bingueras 2.0. Cuando paseas por el casino a las 7 de la mañana no sabes si es que la gente madruga para jugar o es que todavía no se ha acostado. Hacemos rueda de reconocimiento a la mesa de los dados y como no tenemos ni idea de jugar, decidimos que mejor no arriesgar más no vaya a ser que nos despeluchen
Quiero hacer un inciso y dejar claro nuestro prespuesto para el juego: 22 dólares. Ojo, que vamos a lo loco y a lo grande.
¿Cómo cambiar fichas para la ruleta? Pues como Antonia es muy echada pa´lante se mete en la zona de los crupiers a preguntar. Nada menos! Que eso en Las Vegas es como profanar un cementerio. Así que salieron de allí tres mujeres (dos crupiers y la jefa del cotarro) como pumas a echarla. Antonia con los brazos en alto no entendía nada y la gente nos miraba como si fuéramos lo peor de Las Vegas. Yo soy lo peor de mi estirpe, pero después lo que hemos visto allí, NO somos Lo Peor de las Vegas. Exóticas, patosas, despistadas, raras. Llámanos peculiares, pero Lo Peor NO. Que nosotras hemos tomado el transporte público, pateado los arrabales de las Vegas y entrado en la licorería más chunga de la city. Sólo nos faltó ir a una tienda de armamento.
Cambiamos 20 dólares para la ruleta y decidimos apostar todo el 20 porque así nos lo ha indicado la madre de Antonia. Si no hemos hecho caso a nuestras madres en la vida, ¿por qué ahora sí? Ni idea, pero ahí que vamos, recapacitamos y decidimos que mejor lo jugamos en dos tiradas de 10 dólares cada una. Por supuesto, lo perdemos y decidimos que nos vamos a las máquinas a jugar billetes de 1 dolar (y sólo juntamos dos billetes entre las dos).
Dado que nos damos a todos los vicios menos el juego, no entendemos nada de las máquinas y elegimos por colores y luces. Nos sentamos en la primera y jugamos 1 dólar, ganando 1,20. Guauuuuuuuuuuuuuu nos vamos a forrar!! Quiero hacer un inciso y es que cuando ganas no te dan dinero, te dan un vale canjeable en la ventanillas de "rewards". Y claro, como es un papelucho, lo metemos y volvemos a jugar, perdiendo hasta el ultimo céntimo.
Mientras tanto camareras muy poco tapadas vienen a ofrecernos algo de beber al módico precio de 1 dólar por el hecho de estar jugando. Somos una lacra para los casinos: gastamos poco y si encima pagamos las copas a 1 dólar podemos quebrar cualquier casino.
Cambiamos de máquina en plan binguero profesional supersticioso y jugamos a lo grande: otro dólar! Y esta vez ganamos la friolera de 0,20 $. Bueno, hacemos la ola, la danza de la lluvia india y bailamos la mayonesa, pero el vale no sale. Entonces viene un hombre y le dice a Antonia que se levante de la silla y ella muy digna le dice que gracias, pero que no queremos tomar nada. Se lo vuelve a decir y ella se resiste como Moscardó en el Alcázar. Y a la tercera, ya casi por el suelo de la risa le digo que se levante y entonces ella mira a ambos lados y decide dejar la máquina del euromillón, esa que nos va a sacar de esta vida de pobreza y decadencia moral y económica, y se levanta. Entonces el handyman/supervaisor/machinemanager/comosellame, abre la máquina con su tarjeta especial y nos da el vale de 0,2 $, el cual decidimos en medio de un ataque de locura transitoria no jugar y guardar de recuerdo.
Entre el estupor y el horror, el hombre que debe haber visto de todo en este mundo salvo a estas dos experirmentadas travelwriter de sideB, nos mira por encima del hombro y desaparece.
Decidimos por fin, con nuestro botín, irnos a dormir como dos señoras no sin antes dejar una nota a la bride que se hospeda dos puertas más adelante que nosotras en el hotel.

sábado, 29 de agosto de 2015

Las Vegas II: Pelma y Antonia, como las muñecas de Famosa, se dirigen al cartel

Nos habíamos quedado en que llegamos al Linq de las Vegas tras la travesía por el desierto que me río yo de nuestro señor Jesucristo.
Tras el check in y una ducha, nos volvemos a echar a la calle, nuestro medio natural.
Miles de fotos por la calle porque es todo un "chou" y flipando con que siendo martes haya más gente que en nochevieja en la puerta del Sol. Como nos han recomendado ver las fuentes del Bellagio, para allá que vamos. Y después de ver los chorros al ritmo de Titanic, que no sabemos si llorar o morir de ataque de azúcar, seguimos por la calle y nos encontramos unas ¿señoras? que reparte flyers de scorts. Bueno, pues son lo menos apropiado como imagen de empresa que puede encontrarse en la faz de la tierra. Dos metros más allá, tres fundamentalistas cristianos con altavoces recitando salmos de la biblia. Y cruzando la calle dos pares de chicas disfrazadas unas de polis sexys (con minisujetador, cinturoncito con abertura lateral, gorra y porra) y otras de vedettes que están allí para que cualquier gañán se haga fotos con ellas.
Pero nuestro objetivo era encontrar el cartel de Bienvenido a las Vegas, el cual nos había explicado Miguel que estaba un poco más abajo de el Hotel Luxor. Un poco más abajo. No tenemos palabras para Miguel y sus referencias geográficas. Sólo comentaré que después de una hora, y volver a atravesar los arrabales de las Vegas, éramos (otra vez) las únicas piradas que lo hicieron a pie.
Había allí un taxista esperando esperando para llevar a algún incauto de vuelta al Strip y al vernos se iluminó la cara. Nos preguntó si nos llevaba de vuelta. Nuestra respuesta fue: Maybe!
Tras la sesión fotográfica en el cartelito de nuestro anhelos vemos que se encuentra frente al parking de los jet del aeropuerto. Y nos decía la del aeropuerto que no se podía ir andando... no nos conoce a nosotras esta pájara!!
Y con dos cojones, decidimos volver andando.... porque nos había parecido poco el palizón de la tarde y la excursión al cartelito.
To be continued

viernes, 28 de agosto de 2015

LAS VEGAS I.: La auténtica guía secreta y oculta de las Vegas, by Pelma y Antonia

Tras un agradable viaje en coche desde San Diego, con el tradicional  madrugón incluido,  Pelma y Antonia llegaron a las Vegas arrebatadoras y llenas de buenas intenciones.
Contra todo pronóstico acertaron a la primera en el lugar en que tenían que devolver el coche y dejaron su flamante sedan en el parking del aeropuerto macarra (McCarran Airport). Pero como estas dos viven en un universo parelelo y habían mirado un mapa por encima, decidieron que se iban a ir a las Vegas desde el aeropuerto dando un paseo.
Quiero aclarar que aunque nuestro querido Miguel afirma que la temperatura es la misma que en San Diego, SOLO hay una diferencia de unos 15 grados. Es decir, que en San Diego están a 30º a mediodía y en las Vegas a 45º. Es decir, que podrían hermanarse Luxor y Las Vegas. ¿Podemos considerar un hermanamiento tener un hotel con forma de pirámide y esfinge que se llame Luxor en las Vegas? Pues entonces lo están.
Llegaron al lugar donde salen los autobuses para las terminales y preguntaron a una amable señora por donde salir del aeropuerto para ir andando al Strip de Las Vegas. ANDANDO en la costa oeste es una palabra muy rara. Nadie anda, todo el mundo va en coche. Esta amable mujer a costa de estas dos locas tiene una anécdota para contar a sus nietos tipo "se me acercaron dos españolas locas que querían ir andando al Strip de Las Vegas desde el aeropuerto. A las 5 p.m. en pleno verano"
Nos convence de que vamos a morir si lo intentamos y que podemos coger el autobús 108 que sale de la terminal 1. Entre otros de sus consejos es compremos el billete directamente en el autobús porque es más barato y vale 24 horas. Y que no hablemos con gente rara. Esto último no lo entendieron, pero como no entiende la mitad de las cosas que les dicen. Y la otra mitad la entienden pero la ignoran. Este es el secreto de su happiness.
Llegaron a la parada del city bus y efectivamente cogen el 108. La fauna y flora que habitaba este autobús está documentada gráficamente y sólo puedo decir que es la cara B de las Vegas. Los empleados van en coche a trabajar, así que estos son... no lo sabe, pero nuestras chicas agarran fuerte el bolso y deciden hacer el trayecto sin mirarse para que no les de la risa y les partan la cara.
Se bajan en la parada del casino Flamingo. Esto no quiere decir que les deje en la puerta del Flamingo, nooo. Este tipo de gente no puede ser vista por los glamurosos visitantes de Las Vegas, por lo que dicho autobús te deja a ocho manzanas del Stip (Las Vegas Blv). Es decir, que nuestras arrebatadoras amigas se echan al monte bajo un sol de justicia y sin saber que les queda un largo paseo hasta su hotel.
Después de atravesar cinco manzanas con coches pitando..  y a punto de morir por un golpe de calor, entran en un restaurante ¿hawaiano? para poder sobrevivir y contarlo. Reponen fuerzas y por fin, hora y media después llegan a su hotel, entre el Flamingo y el Palazzo. Vamos, en todo el jaleo.
Con poco tiempo para piscina, spa, ruleta y ver los casinos y otras atracciones, después de ponerse aún más arrebatadoras si cabe después de una ducha y creyendo que han tenido poca paliza ese día, se echan a la calle. Continuará